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Existe cuatro tipos de combustibles fósiles, carbón, petróleo, gas natural y gas licuado de petróleo, son la principal fuente de energía en todo el mundo, y nos han abastecido por decanas, pero hoy sabemos que su uso y abuso esta trayendo consecuencias fatales para la humanidad y la Amazonia peruana y NO es la excepción.
En un artículo de LOS ANGELES TIMES de Barbara Fraser nos indica; Cuando los buscadores encontraron petróleo cerca del río Corrientes, en el noreste del Perú en 1971, los funcionarios del gobierno prometieron que la nueva industria traería el desarrollo a la región amazónica de Loreto.
Medio siglo después es relativamente poco lo que se puede mostrar de los ingresos —conocidos como canon— que ha generado la producción de petróleo en la región. La industria petrolera impulsó el crecimiento de Iquitos, la capital regional y la más grande ciudad amazónica de Perú, que había languidecido tras el auge del caucho de principios del siglo XX.
Ahora, sin embargo, Loreto está por debajo de la media del país en cuanto a atención médica y educación, pues apenas la mitad de los habitantes de la región están conectados a los sistemas municipales de agua, y las comunidades indígenas de los campos petrolíferos sufren una exposición continua a los contaminantes de los más de 1.000 lugares que se han registrado.
Los expertos afirman que la región se enfrenta a varias tareas monumentales para hacer frente a su pasado centrado en el petróleo y prepararse para el futuro. Debe abandonar los combustibles fósiles y optar por las energías renovables, incluso en Iquitos, una ciudad de medio millón de habitantes que no tiene carretera a la costa ni conexión a la red energética del país. Iquitos es la ciudad más grande de la cuenca del Amazonas a la que sólo se puede llegar por vía fluvial o aérea.
cincuenta años de operaciones petroleras, incluyendo al menos dos décadas sin regulaciones ambientales y aún más sin una supervisión adecuada, han contaminado el agua, el suelo y los sedimentos con residuos industriales. Hay escasez de datos sobre los impactos en los ecosistemas y la salud humana, y los expertos dicen que se necesitarían miles de millones de dólares para rehabilitar sólo los sitios que se han identificado hasta ahora.
