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Hasta hace unos años, cuando se hablaba de migración, se asociaba con problemas sociales o mejora en el ámbito laboral. En los últimos años, se ha vuelto más común hablar de migración climática, el flujo de personas que se desplazan de un lugar a otro debido a que el cambio climático presenta dificultades de subsistencia en sus lugares de origen.
El Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC) reportó que solamente entre 2018 y 2019 fueron 656 mil peruanos que se vieron obligados a desplazarse por catástrofes naturales, y estima que en las próximas décadas aumentara si la temperatura sigue elevándose.
Un reporte, publicado en el 2021 por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y titulado Cambio Climático y Migración en el Perú, afirma que “en la actualidad, la mitad del territorio nacional peruano es susceptible de sufrir peligros recurrentes; una tercera parte de la población vive en espacios inseguros; más de 9 millones de personas están expuestas a inundaciones, huaicos y deslizamientos de tierra, 7 millones a temperaturas bajas y muy bajas, y casi 3,5 millones a sequías”.
En el país la migración puede ser debida a características demográficas, geográficas y climáticas que lo hacen especialmente vulnerable. Por ejemplo, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática del país, el 55.9% de la población vive en costas, Aumentando peligros ante problemas como el aumento del nivel del mar o las precipitaciones. Adicionalmente, parte de la población depende de la pesca o la agricultura, dos actividades fuertemente dependientes del clima.
A pesar de que la migración climática es un problema a nivel nacional, Perú cuenta con la ley N.º 28223, sobre Desplazamiento Internos, Esta norma tiene por objeto definir los derechos y garantías pertinentes para la protección de las personas contra el desplazamiento forzado, aunque aún hay varios desafíos que dificultan la aplicación de esta ley.
Fuente: Salud con Lupa, Mimp
