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Desde hace años, el gobierno argentino emprendió una política de asfaltar calles, abrir pasillos, reconstruir viviendas y poner cloacas en parte de los 55 asentamientos que tiene Buenos Aires. Sin embargo, la urbanización no es suficiente para sumar a los asentamientos al tejido urbano; según los expertos la palabra clave es integrar.
El Banco Interamericano de desarrollo (BID), menciona que al momento de integrar este tipo de barrios es fundamental tener en cuenta las particularidades del lugar, su historia y su población; para esto, debe buscarse la participación vecinal, articulada por los agentes públicos; los programas establecidos deben ir más allá de los problemas de hábitat y debe existir un intenso trabajo social en el proceso de urbanización.
El plan de reurbanización combinando, tiene un eje habitacional, de empleabilidad, educación, cultural, de conectividad y transporte; y está presente en siete asentamientos. Los cambios en estos barrios impactarían en 16,916 familias, la creación de espacios comunes y la participación de los vecinos es la llave para unir estos barrios al resto de la urbe.
Además, en todo el país se han identificado cerca de 4,200 asentamientos, en los que viven alrededor de 800,000 familias. «Estamos promoviendo un mejor desarrollo urbano, con mejoras en la localización de los proyectos y en los sistemas de construcción. Para construir más rápido, más barato y de manera sustentable». Mencionó Iván Kerr, secretario de Vivienda. Los expertos coinciden en que el éxito depende de un proceso que vaya más allá de las ambiciones electorales, los buenos cambios exigen políticas de largo plazo.
Fuente: La nación.com.ar
